Salieron de mi pecho luces encendidas con fuego que me quemaba hasta el
alma, era solo un sueño que me hizo despertar sangrando, mis ojos estaban cansados
de llorar, mi boca no podía hablar, mis oídos ya no querían escuchar y mas mis
pies, cansados de tanto andar, se volvieron como piedra, grande y pesada que no
los pude ni mover.
Salí de mi cama arrastrando mis pies, caminé hasta el patio de mi casa y vi
en el firmamento a la luna llorando, la miré fijamente y trató de ocultarse
tras una nube, una que tenía forma de ángel, tenía dos alas muy largas
y era muy hermoso. La luna no pudo ocultarse y pude ver toda su cara, estaba
hinchada, sus ojitos casi cerrados de tanto llorar, pero en un instante pudo
abrir su boca para decirme que el mundo está sufriendo y por las noches hay
inmensa tristeza, tanta que ya no quiere ni salir.
Le pregunté si este sufrimiento que también me ha despertado, se acabaría
un día o una noche cuando ella esté mirando. Me contestó que no lo sabía pero
que el sol quien controla el día, lo sabe desde hoy. Al día siguiente lo esperé
desde muy temprano, apareció el sol, reluciente, tenía una sonrisa de oreja a
oreja, quise esconderme, me dio miedo, me miró de frente, se inclinó un poco y
me pregunto si estoy viendo el sufrimiento del mundo,…le dije que sí y que
sufro cada día, estaba temblorosa y no le quería hacer la misma pregunta que le
hice a la luna,…pero…pensé en la humanidad y me animé hacerlo. Sol, dime cuándo
se acabará este sufrimiento, será una noche o un día cuando tu estés
presente?...me contestó que no lo sabía, que el también sufre mucho pero tras
de esa sonrisa de oreja y oreja está su dolor,…me dijo que el único que sabe es
el hombre, él que está controlando al mundo, al día y a la noche
.
Le pregunté al hombre que me diga cuándo terminará todo este sufrimiento
porque el mundo está sangrando, hay mucho dolor en pobres y ricos,…pero los más
desprotegidos, los olvidados en el mundo, hoy están sufriendo demasiado, su
dolor no soporta sus espaldas, hay diferencia en el dolor de pobres y ricos y
en los pobres duele demasiado,…el hombre inclinó su cabeza, estaba ruborizado, estaba llorando sin
control, me asusté, quise correr pero pensé en la humanidad y esperé su
respuesta,…dime hombre cuándo va a terminar todo esto?,…el hombre toma fuerza,
me miró y me respondió: cuando pensemos en todos, cuando seamos más justos en
el mundo, cuando haya igualdad porque todos estamos sobre la tierra donde nos
ilumina la misma luna y el mismo sol.
Hermosa reflexion, Nora Santos.
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